Canarios, Jaulas y Dios







Presos de su color
los canarios picotean,
cantando impávidos
en amarillas siringes,
imaginarios barrotes
en las lúgubres jaulas.

Esclavos del preciosismo
de su canto cortejan
en llamadas y gorjeos
la sombra siempre ocre
que ahora relampaguea
en la pupila del carcelero.

Pajarillos de alambre
en los párpados yertos
de todos los silencios
que andrajosos y hueros
calman la conciencia
de los asesinos de sueños.

Pordioseros de si mismos
con fuego en las alas
y mentira en los picos,
desandan toda la infancia
del quien los encierra
creyendo en la naturaleza.

Aprisionar el virtuosismo
para amortiguar la soledad
es jugar con cartas marcadas
un solitario de pesadumbre
y miserias donde cada naipe
es un canto muerto de esperanza.

Quiero ser el libertador,
gato garduño de montuna
crin enhebrada en alfileres,
que devore y rescate a la vez
todos los tristes canarios
que picotean sus celdas.

Canarios, flautas tristes
que clamáis contra dios,
os soltaré un sermón divino
antes de abriros de par en par
la jaula y comprobar yo mismo
que os cortaron todos los vuelos.

Rubén Aguado Alonso

1 comentarios:

Malena dijo...

Y la poesía se hizo arte en boca de Rubén..., con música de Dalia...

Bss...

Malena

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