De nuestro viaje a Marruecos… y de lo que allí nos sucedió

Nada mejor que empezar el mes de septiembre haciendo un resumen de aquellos lugares maravillosos que visitamos los que tuvimos la suerte de irnos de vacaciones en agosto. En mi caso puedo decir que he sido muy afortunada. La vida del viajero es agitada, pero se le recompensa con muchas sorpresas y experiencias inesperadas en el transcurso de su viaje.


Para aquellos viajeros que estén pensando ir a Marruecos, mi consejo es que no os lo penséis mucho. Os encantará la cultura, las personas, los paisajes y sus costumbres. Será un viaje inolvidable.


A continuación contaré nuestra experiencia de 7 días por tierras marroquíes.

Día 1
Nuestro recorrido inicia en la ciudad de Marrakech. El aeropuerto se encuentra a unos 20 minutos de la medina y si os queréis ahorrar un dinerillo o simplemente no tenéis paciencia en el arte del ¨regateo¨ para conseguir un taxi a un precio razonable, el autobús Nº 19 se encuentra justo a la entrada del aeropuerto con salidas cada 15 minutos aproximadamente. La primera parada se hace en la famosa plaza Jamma El Fna y la siguiente en la estación de autobuses. Nosotros nos bajamos en la segunda parada ya que nuestro riad se encontraba muy cerca. Leímos en algunos foros y por experiencia de otros viajeros lo frustrante que puede ser perderse por los enrevesados laberintos de la medina. Nosotros llevamos todas las precauciones posibles con mapas, apuntes, etc. pero después descubrimos que a veces las calles cambian de nombre, solo aparecen las calles principales, recto no es recto y no existe ningun tipo de carteles con indicaciones.

Por suerte localizamos el riad enseguida (creo que ser de los pocos hoteles con un rotulo en el tejado ayuda bastante). Una vez localizado el riad, al abrir la puerta entramos en una especie de oasis, solo faltaban las palmeras con los racimos de datiles colgando. Estaba decorado con un toque exquisito con mobiliario marroquí y un patio en el centro, típico de los riads y algo parecido a una fuente (después descubrimos que era una piscina). El chico de recepción nos recibió como pocas veces me han recibido en un hotel, cogio nuestras maletas y nos dijo que nos sentáramos y que pasáramos a desayunar. ¡Esto es lo que yo llamo buena hospitalidad!

En cuanto al idioma no es muy dificil la comunicación, a pesar que el idioma oficial es el árabe y el segundo el francés, nosotros tiramos del ingles y español y más o menos nos hacíamos entender, en casos cuando ninguno de los dos funcionaba en esos momentos, lo más practico es señalar con el dedo o escribirlo... nunca falla.

Después de desayunar nos llevaron a nuestra habitación, deshicimos las maletas y nos lanzamos a descubrir la ciudad. Por numerar algunas de mis primeras impresiones, resumiré cuatro.

1. - ¡Qué caos de tráfico! Se tiene que ir siempre de reojo y con mucha precaución para que no te pille una moto, una bici, incluso para que no te pase por encima un carro de carga tirado por un burro.

2. - El trajin del comercio; puestos de bollos, fruta, zapatos, dulces, solo por mencionar algunos que permanecen abiertos hasta las tantas de la noche.

3. – Nuestra visita coincidía con la celebración de Ramadán y por tanto, se recomendaba abstenernos de fumar y beber en la calle. Pero vimos a la gente en los bares bebiendo, fumando y comiendo pensamos que no lo llevaban a rajatabla, nada más lejos de la realidad, el Ramadán iniciaba al día siguiente. El ambiente al día siguiente era totalmente distinto.

4. - La cantidad de gatos por todos lados. En los parques, en los zocos, por las calles. Miles de gatos por todos lados. Esto tiene su explicación, el perro, es considerado como un animal impuro, el gato en el Islam, está considerado como todo lo contrario.

Después de varias horas caminando de aquí y para allá, las fuerzas del viajero van desminuyendo, así que para recuperar fuerzas nos fuimos a buscar algún sitio para comer. Encontramos el primer sitio a nuestro paso y fue todo un acierto. Comer en Marruecos es muy barato a nivel de euros. Comimos por poco menos de 15 euros- dos personas- un primero, un segundo + postre y bebida. Fue en este lugar donde descubro el ¨tajin de pollo con limón¨ . El tajin es algo parecido a un estofado con especies preparado en un recipiente de barro con una característica tapa cónica y que se cuece a fuego lento. El ¨Cari¨ se pidió algo que hasta la fecha de hoy no sabemos que fue…tenía un sabor y textura indescriptible. Nuestra teoría- posiblemente chepa de camello.

Después de comer, hora de siesta. Nos volvimos al hotel y hasta la más fiel amante de las siestas la invade la emoción de estar en esta ciudad única y decidimos ponernos los bañadores para zambullirnos en la fuente-piscina. Eso si, lo consultamos antes, una vez confirmado que realmente era una piscina, un bañito y aquello realmente se convirtió en un oasis… urbano pero oasis. Después para secar el bañador, subimos a la terraza y al sol en la tumbona un buen rato, mientras resonaban las llamadas sincronizadas de las mezquitas por toda la ciudad.

Por la tarde nos dirigimos a la famosa plaza Jamaa El Fna, viene ser un punto para orientarte en la medina y no muy lejos se encuentra la Mezquita de la Koutobia que se puede ver desde la plaza.


El ambiente empieza a caer la tarde y miles de personas se dan cita en esta plaza principal, desde los encantadores de serpientes, aguadores, bailarines, contadores de cuentos y una gran variedad de puestos de comida. Ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en el 2001. Es un lugar muy concurrido por los lugareños y por supuesto por los turistas. Si algo tengo que decir que no me ha gustado, el uso de animales como entretenimiento.

Leímos en un foro que el mejor puesto de comida de la plaza era el 31, pero después de varias vueltas no lo encontramos, deducimos que lo habían cambiado a 32 por la cantidad de personas esperando para poderse sentar. Decidimos irnos a otro lugar recomendado muy cerca de la plaza, El Bahja. Nuestra cena consistió de un tajin de kefta con huevo, salchichas e hígado. Todo un banquete y muy rico. A este ritmo ya sabía que como mínimo volvería con 10 kilos de más a Madrid.

De vuelta al hotel, última parada técnica para probar la cerveza marroquí - Casablanca en el Café Árabe, un lugar muy chulo, y donde la mayoría de los clientes son extranjeros. De vuelta al hotel, y si algo se tiene que tener en cuenta es  que por la noche todas las calles parecen iguales, hay poca visibilidad y un giro por una calle equivocada y estaréis perdidos por horas y eso fue lo que nos sucedió. Estuvimos perdidos por casi una hora, de un lado a otro, preguntando por aquí y por allá y nada. Hasta que dimos con una persona que hablaba un poco de inglés y nos indico que estábamos muy lejos. El chico le dijo a unos niños que  estaban por alli, que nos indicaran el camino, pero a los pocos instantes, el chico se devuelve y nos dice que el nos llevará por un atajo. Nosotros en nuestra desesperación, le seguimos. Por el trayecto, nos preguntaba que como nos habíamos perdido porque desde el Café Árabe, era todo ¨recto¨ hasta nuestro hotel. En resumidas cuentas, si no fuera por Abdou, todavía estaríamos perdidos por aquellos laberintos oscuros. Entendimos que nos ayudaba desinteresadamente, nosotros en agradecimiento le invitamos a cenar al día siguiente y Abdou aceptó nuestra invitación.

Día 2
Primer día de Ramadán y el cambio era obvio. Los bares del día anterior abarrotados de señores estaban vacíos.


Los sitios de interés se pueden ver en tres días o cuatro como mucho. Como en otras ciudades, Marrakech dispone de un autobús turístico de dos plantas y dos rutas para visitar los mayores sitios de interés por un precio de aproximadamente 10 euros se puede subir y bajar del autobús todo el día. Optamos desplazarnos de esta manera.

La Mezquita Koutoubia
También conocida como la Koutoubia o Kutubiya, es una de las visitas imprescindibles en Marrakech. Se comenzó a finales del siglo XII bajo el mandato del califa almohade Abd Al-Mumin, sobre una mezquita almorávide anterior que sirvió de base para la actual. En aquella época fue una de las mayores mezquitas del mundo islámico.


Destaca sobre el conjunto el gran minarete de casi 70 metros de altura, que se ve desde casi cualquier punto de Marrakech. Éste dispone de una decoración distinta en cada una de sus caras, y en sus orígenes estaba cubierto con escayola, que se encontraba pintada por niveles para que resaltaran los laboriosos tallados de la mampostería.


Hace años contaba con una preciosa decoración y elementos ornamentales de gran valor, que en la actualidad ya no podemos disfrutar, pero aún así mantiene una hermosura que hace que merezca la pena visitar la Koutoubia.


La Kutubia es la mezquita más importante de la ciudad, y suele haber mucha gente tanto en la misma como en los jardines, a los que si podemos acceder gratuitamente, ya que cabe recordar que está prohibida entrar en ella si no se es musulmán.




Tumbas Saadies
Fueron descubiertas a principios del siglo XX, ya que se mantuvieron ocultas durante un largo periodo de tiempo, y se permitió entonces el acceso al público. Representan un importantísimo monumento de la arquitectura andalusí, y alberga tumbas de diferentes miembros de la familia real Saadi, como varios sultanes o príncipes.




Palacio El Badi
El Palacio El Badi es otro sitio de interés turístico, aunque tan sólo quedan las ruinas de lo que fue.


A finales del siglo XVI se comenzó a levantar este palacio monumental, en honor a una gran victoria sobre los portugueses durante la batalla de los tres reyes, por mandato del sultán saadí Ahmed al Mansur Ed Dahbi. El nombre de El Badi significa "el incomparable", y hacia honor al gran esplendor que ofrecía el edificio.


Constaba de varios pabellones con varios centenares de habitaciones, en torno a un gran patio central que contaba con un amplio estanque y una fuente. Todo el conjunto estaba acompañado de grandes lujos en su decoración, símbolo de la riqueza y la abundancia del sultán: mármol de Carrara, bellos estucos, jaspe, oro y muchos otros materiales preciosos ornamentaban el palacio


Se sabe de su hermosura y esplendor por las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en el mismo, además de por relatos históricos de quienes lo conocieron. De hecho su construcción se inspiro en la Alhambra de Granada.





Palacio de Bahía
Próximo a las Tumbas Saadíes, encontramos el emblemático palacio de Bahía, de gran belleza
En árabe bahía significa "lo más bello", y se le puso este nombre en honor a la una bellísima concubina, que se dice era la más guapa de todas las mujeres del palacio. Se cuenta que el visir disfrutaba de sus favores frecuentemente.


Su arquitectura entremezcla lo clásico, con el estilo árabe de inspiración andaluza.


Impresiona el edificio por su grandeza y hermosura. Representa una verdadera obra maestra del arte marroquí, y cuenta con bonitos salones, distintas salas como la de fiestas o la de honor, varios llamativos patios, y muchas habitaciones bellamente decoradas.


Además hay un gran jardín, y cabe recordar que no esta permitida la visita a todas sus estancias, aunque con las que podemos entrar a conocer, bien merece la pena el acercarnos al palacio. Nos hacemos una idea del lujo y la fastuosidad que acumulaban en el mismo las dinastías árabes, para gozo de la existencia.




Jardín Majorelle
Lo construyó a principios del siglo XX Jacques Majorelle, pintor francés que residió en Marrakech durante cuarenta años. Todo surgió después de que el francés comprase una finca que bordeaba un palmeral. Tras levantar en la misma su casa, estilo Art Déco, se dedicó a crear poco a poco un jardín botánico alrededor.


La hermosura del ámbito salta a la vista al pasear entre palmeras, distintos tipos de cactus, plantas de bambú, además de encontrarnos con estanques que pueblan llamativos nenúfares. También se hallan en el jardín Majorelle multitud de especies vegetales, llevadas de los cinco continentes, y en él se cobijan alrededor de veinte especies de aves de la región.


Sus puertas se abrieron al público a mediados del siglo pasado. La gente acude a disfrutar del frescor que se siente en este magnífico lugar. Además de los encantos del propio jardín Majorelle, se puede visitar el Museo de Arte Islámico que se encuentra dentro del mismo.

Llama la atención la predominancia del bonito color azul de la casa y de las macetas de muchas de las plantas, que se denomina azul Majorelle, y que le da un toque especial. Al morir el pintor pasó a manos de Yves Saint Laurent, que siguió aumentando la extensa colección de plantas, que incluyen jazmines, buganvillas, nympheas, y muchas más.




El Palmeral
Esta vasta extensión de palmeras que incluso se puede observar al llegar en avión, a buen seguro deja asombrado al viajero, por su grandeza y esplendor.


Cuenta la leyenda -y es que de Marrakech hay muchas leyendas- que el fundador de la ciudad escogió este lugar, que era un páramo, para que descansara su ejército, y tras comer muchísimos dátiles que traían de su periplo comenzaron a nacer palmeras, que tras muchos años pasaron a conformar este extenso palmeral.


Fue su hijo quién mando construir un complejo sistema de riego, que abasteciera de agua a las palmeras, y a los olivos y huertas que también se dispusieron junto a éstas para subsistencia de los habitantes cercanos. Se comenta que el palmera actual, es de una extensión menor que el de hace años, debido a la especulación inmobiliaria y al cierto abandono de mantenimiento del milenario sistema de riego.




Jardines de Menara
Se ubican en un parque de recreo a las afueras de la Medina, en medio de plantaciones de olivos y árboles frutales. En el centro se encuentra un gran estanque, que cuenta con una armoniosa edificación, que se llama el pabellón de la Menara.


Las vistas del estanque rodeado de miles de olivos, con el imponente atlas al fondo son de gran belleza, y es un buen lugar para darse un paseo especialmente al atardecer. Dicho estanque fue construido en tiempos de los almohades en el siglo XII, y servía y sirve para regar los olivares y los huertos frutícolas de sus alrededores.


La construcción que encontramos a su lado, que también se conoce como "Minzah" que significa hermosa vista, por las preciosas panorámicas que vemos desde este lugar, que es uno de los más fotografiados por los viajeros que hasta aquí se acercan.


Su visita es gratuita, y aunque los Jardines de la Menara están relativamente alejados del centro, se puede ir en autobús o en calesa, o dando un largo paseo por la avenida de la Menara. Van muchas personas a tomar el picnic, y cuentan las leyendas que en este lugar los sultanes se citaban con sus amadas antiguamente.








Día intenso de un lado para otro y suficiente calor para freír un huevo en el capó de un coche. Volvimos al riad para esperar a nuestro invitado. A las 10 de la noche llegó nuestro invitado y después de una cena light y una charla amena sobre religión, Allah y Ramadán nos despedimos de nuestro nuevo amigo Abdou pero sin antes intercambiar nuestros correos electrónicos para seguir en contacto en el futuro.

Día 3
Meses antes con los preparativos del viaje contratamos una excursión por el desierto de dos días y una noche por el desierto de Zagora. Preparamos nuestras maletas y a las 9 de la mañana vino nuestro guía a por nosotros al riad. La travesía de Marrakech a Zagora es un poco estresante porque se tiene que subir por el puerto de Col du Tichka (2.260 mt), con muchas curvas pero a llegar a la parte mas alta, las vistas merecen la pena aunque eso signifique ir con las uñas clavadas al asiento todo el viaje.






Sobre la 1:00 de la tarde paramos en Ait Ben Haddou para comer y visitar la ciudad.

Ait Ben Haddou es una "ciudad fortificada" o Ksar. Se encuentra en la provincia de Ouarzazate,Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es el ksar más imponente del sur marroquí. Sus numerosas torres almenadas parecen adosadas a la montaña. Muy bien conservado, ha servido de escenario a numerosas películas. Imprescindible pasear por sus callecitas, se pueden visitar algunas casas, y al llegar al torreón de la antigua kasbah: vista panorámica de la región con el Alto Atlas al fondo.


Algunas de las películas realizadas en esta ciudad.


• Lawrence de Arabia (1962)
• La Joya del Nilo (1985)
• Jesús de Nazareth (1977)
• The Living Daylights (1987)
• La última tentación de Cristo (1988)
• El cielo protector (1990)
• Kundun (1997)
• La momia (1999)
• Gladiator (2000)
• Alejandro Magno (2004)



Valle del Draa
Ese valle tiene casi 200 km. de largo entre palmerales y los campos cultivados se suceden interrumpidos por la presencia de kasbahs y ksour de adobe. Estos a resguardo de sus murallas, albergan pueblos de arquitectura muy original con sus casas de tejados en terraza, con balaustradas decoradas con arcos.

Zagora
Llamada “la puerta del desierto” es etapa obligada para adentrarse en el profundo sur.

El célebre cartel “a Tumbuctú 52 días en camello” se encuentra en esta localidad al final de la calle principal.

 



[Alguna información obtenida de Wikipedia y otras fuentes]


Después de 8 horas de viaje en coche aparcamos a lado de la carretera donde se encontraba nuestro medio de transporte para llegar al campamento- dromedario de todos los colores y tamaños. Nuestro guía Hamid nos dice que preparemos nuestras cosas personales y ropa para dormir en una mochila y compremos por lo menos 3 litros de agua porque en el campamento no había agua. Nos pilla desprevenidos y metemos todo de prisa en bolsas de plástico y lo atamos a la silla junto con las provisiones de agua y nos montamos en los dromedarios rumbo al campamento.

Mi ¨chica- dromedario¨ era la más guapa de toda la manada, con unas larguísimas pestañas rizadas, de pelaje claro y alta, como las que salen en las pelis. La silla era de lo más mullidita y cómoda, más que el sofá del salón. Sin embargo, el dromedario del ¨Cari¨ era el más viejo, despelujado y baboso de todos… posiblemente en venganza por aquel plato de chepa que se zampó unos días antes.

¡Aquí empieza nuestra aventura por el desierto!

A lo lejos se veía un grupo de expedicionarios pero nuestro guía Hassan que se hará cargo de nosotros en el campamento, va a todo trote y nosotros también, lógicamente. Como si se tratara de un carrera de dromedarios, avanzamos a todo galope para ponernos a la cabeza de la expedición. Sobre las 7 de la tarde, los guías se detienen para hacer una parada técnica para la oración  y romper el ayuno del Ramadán. Mientras tanto, unos del grupo se acercan a pedirnos nuestros dromedarios para tomarse unas fotos.



Hassan nos ayuda a montarnos de nuevo para emprender de nuevo el camino y ya es de noche. Los otros grupos se desvían hacia otros campamentos y solo vamos nosotros tres, a oscuras bajando y subiendo por las dunas hasta que finalmente llegamos a nuestro campamento. Al bajar del dromedario descubro que había perdido la bolsa con mis cosas- dinero, ropa, móvil en algún punto del camino. ¡Que horror! Decido salir en busca de la bolsa, pero Hassan dice que lo ve ¨chungo¨, sin luz y con las tormentas de arena lo ve complicado.

Hassan dice que dentro de un rato ira a echar un vistazo, mientras tanto nos muestra nuestra jaima y nos llevan a una tienda principal decorada con alfombras muy coloridas donde nos reciben con un té de menta. Yo mientras tanto, angustiada por mi bolsa intento no darle tantas vueltas.

Al poco rato, entra Hassan por la puerta con la bolsa de plástico. No faltaba nada, todo estaba allí y gracias a Hassan! Perder una bolsa con dinero y un móvil en el desierto y encontrarlo, es digno de contarlo.

Hora de la cena y nos preparan el mejor tajin de pollo que probé en todas las vacaciones, de postre fruta y mas té a la menta.

Después de la cena, espectáculo. Los guías del campamento sacan sus instrumentos y nos reunimos en el centro del campamento y empieza la música. Los más atrevidos se lanzaron a bailar un rato. El animo a causa del cansancio y el calor va disminuyendo y nosotros decidimos irnos a descansar. Nada más lejos de la realidad. El calor era insoportable, intentar dormir dentro de la jaima era imposible, afuera era peor aun a causa de las tormentas de arena que cesaban por un rato, pero después volvían de nuevo y era imposible pegar ojo.


Nadie en el campamento podía dormir, unos por aquí otros por allá. Fue una noche muy larga… de mucho calor. Después me entere que en Agosto, la temperatura minima en Zagora es de 38º!

A la mañana siguiente, todo mundo estaba esparcido por las dunas, otros hablando entre ellos que no habían podido dormir en toda la noche, pero que había sido una experiencia única… yo también pensé lo mismo.



Día 4

Desayunamos y nos montamos en los dromedarios y nos dirigimos a donde nos había dejado Hamid el día anterior. Por suerte ya nos estaba esperando. Montamos en el coche y le pedimos que nos llevara a algún sitio para ducharnos. Nos acerco a un hotel y el personal del hotel amablemente nos permitió ducharnos sin coste alguno.


Renovados y fresquitos, nos dirigimos hacia Ouarzazate conocida como "El Hollywood de África". En la ciudad hay varios estudios de cine entre los que se encuentran unos de los más grandes del mundo, los Atlas Studios.

 

Visitamos el museo del cine y vimos de lejos la Kasbah Taourirt. La edificación está construida de adobe, tiene torres almenadas y está considerada una de las kasbahs mejor conservadas de Marruecos.




De vuelta a Marrakech- Alto Atlas- vía Col du Tichka.Nuestro guía nos dejó en la estación de autobuses y salimos hacia Essaouira.

Si las curvas del Alto Atlas me alterarón la tensión, el trayecto en autobús con el conductor adelantando 3 coches de golpe mientras hablaba por el móvil, me dejo sin palabras. Este señor era un ¨crack¨ de la carretera, creo la mayor parte del trayecto fuimos  por el carril contrario. ¡Deberían ser pilotos de la Formula 1!

Essaouira se ha ganado casi mil y un apodos; “La perla del Atlántico”, “La Bella Durmiente”, “hermosamente trazada” de la palabra árabe Souirah, esta ciudad Patrimonio de la Humanidad, mantiene el encanto y la autenticidad de una tierra perdida en el tiempo. Aquí es donde termina el Mediterráneo: la última fortificación amurallada en las orillas atlánticas, cuyas casas parecen clonadas con los “pueblos blancos” de Andalucía.



Sobre las 7 de la tarde llagamos a Essaouira. ¿Como es posible que en menos de 2 horas pasemos del calor insoportable al frío? Al bajarnos del autobús, un chico nos ofreció su servicio de llevarnos las maletas y para evitar andar perdidos por la noche, accedimos. En 5 minutos estábamos en nuestro hotel, después salimos a buscar un sitio para cenar. Nos metimos en la cueva de Ali Baba para cenar y de vuelta al hotel porque hacia ¨fresquito¨

Día 5
Las playas de Essaouira son amplias y de arena muy fina. Es un paraíso para los surferos, pero para los que vamos con la intención de pasarnos todo el día tumbados al sol y darnos un bañito, el agua es fría. Lo mejor es llevar algún jersey porque el viento sopla con fuerza. Por la playa se pueden contratar servicios de paseos a caballo, dromedario y quad. Nosotros optamos por un día de relax.

Essaouira tiene un concurrido puerto donde se puede comprar marisco fresco y lo preparan a la brasa en el momento. Eso si, se debe ir con paciencia para negociar el precio. Yo pensaba que iba preparada para retar a los comerciantes pero me superaban la paciencia. Sin embargo, por 40 euros, cerramos el precio por una langosta, 4 sardinas y 8 gambones incluyendo ensalada y bebida. Nada mal, teniendo que una langosta completa ronda los 125 euros en España.

Por la tarde, paseo por los zocos. Un día relajado y sobre todo sin calor.

Día 6Después del viento de ayer, cambio de planes y no vamos a la playa. Decidimos dar un paseo por el puerto y la zona de pescadores y su fortaleza con unas magnificas vistas a la ciudad y a la isla de Mogador. Después un recorrido en un trenecito turístico por la ciudad.




Por la tarde, zocos y paseo.

Ultima noche en Essaouira. Sin duda es un lugar con encanto, de esos lugares que se quedaran para siempre en la memoria.

Día 7
De vuelta a Marrakech. En nuestro último día antes de volver a Madrid dejamos dos cosas pendientes por visitar ya que se encuentran alejadas del resto de los otros lugares.


La Medersa Ben Youssef y los Zocos.
La Madraza de Ben Youssef, además de ser la más importante, es también la madraza más grande de Marruecos. Encargada por el sultán Abdallah al-Ghalib, su construcción finalizó en 1565. Tiene 130 celdas que permitieron alojar hasta 900 estudiantes.


Lo más destacable de la visita es el patio interior, así como ver el austero aspecto que tenían las celdas.



Zocos
Teníamos especial interés por ver el zoco de los curtidores. El zoco de los curtidores se encuentra alejado de la agitación del resto de los zocos. En la entrada nos recibió un chico con hojas de de menta fresca para así disimular el olor indescriptible de este zoco. El guía nos explico una parte del ciclo del curtido de la piel. El principal atractivo reside en conocer el proceso de curtir las pieles que después son utilizadas para fabricar artículos de piel como bolsos, sombreros, babuchas, etc. A la salida, es inevitable pasar por la tienda donde nos esperaba un ansioso comerciante que se esmera en ofrecerte un té a la menta  … y pasar largas horas negociando alguna compra.




Ultima noche en Marruecos, y no nos iriamos sin probar la comida de algun puesto de la plaza Jamma El Fna, pero los del puesto 32, parecia que no tenian mucha prisa en abrir el chiringuito. Decidimos cenar en otro lugar justo en frente para matar el gusanillo.

De vuelta a nuestro Riad para descansar y preparar nuestras maletas.


Día 8
Queda por destacar que antes que el personal de nuestro hotel fueron especialmente amable en prepararnos el desayuno a las 4:30 de la mañana  para después llevarnos al aeropuerto a las 5:00.

De vuelta a Madrid y fin de nuestro viaje. 

Conclusión -Fue un viaje lleno de emociones, paisajes y colores. Es adentrarnos en otro mundo y cultura  donde su gente siempre hace sentir al visitante bienvenido.



DESDE UN RECUERDO BEREBER


 Por el suspiro vertical del minarete
la voz preñada de ecos de Sherezade
retumba en las mil y una mezquitas
llamando cinco veces a postrarse
en el descalzo paraíso de columnas,
abluciones y alfombras vedado al infiel.



En un Ramadán lunarmente agostado
serpentea lubrica la sed y repta el hambre
por las callejuelas de trafico infernal
en una medina de sudor, especias y adobe
en el país de los dátils, los higos chumbos
y de pasteles de almendra y miel empedrado.



Viento en las crines de los dromedarios
viento en las arenas sedientas del desierto
viento en las playas de casas encaladas
puertas y ventanas azul añil desconchadas
viento caracoleando giros en el gran Atlas
viento en el habla siseada de vocales abiertas.



Sol invicto, abrasando los pensamientos
sol pleno que calcina las mentes hueras
sol que reverbera por las chilabas puras
sol que invade los recodos del aliento
sol que ondula las penas y las dunas
sol, más sol, siempre sol, solo sol, sol.



Marrakech soñando en murallas amarillas
en su plaza de encantadores de serpientes
Zagora puerta al oasis de sed y arena
con resonancias mágicas de Tombuctú
Essaouira veleta del huracán del océano
que regatea langostas entre moscas y gatos.



Estos nombres tintinean en la urdimbre
de mis recuerdos, entretejiendo zocos,
vergeles, palmerales, tumbas y palacios
en un apretado tejido de milenaria jaima
que se orea en el Mihrab de mis labios
sellados en el rito de jabón negro del hammam





Rubén Aguado Alonso.